- Las experiencias dolorosas tocan a todos los seres humanos, nadie puede sustraerse de ellas. Lo que cambia es cómo nos enfrentamos a ellas.
- Hay quienes convierten el dolor en sufrimiento, en cambio hay quienes lo convierten en una experiencia de aprendizaje que les servirá para vivir mejor.
- La infelicidad es producida porque a un suceso doloroso le agregas pensamientos equivocados; si pudieras desprenderte de esos pensamientos, el sufrimiento desaparecería.
- El dolor existe, es real. El sufrimiento, en cambio, es obra de tus pensamientos. Si sufres es que estas dormido, porque el sufrimiento es producto de tu sueño.
- No es la vida lo difícil, eres tu quien la vuelve difícil.
- El sufrimiento es un deseo no cumplido, es un desear que las cosas ocurran como tu quieres que ocurran, o que las personas se comporten como tu quisieras, y al no ser así, el deseo choca con la realidad y de esta fricción surge el sufrimiento.
- La paz se alcanza cuando abandonamos esa actitud de apego por las cosas, por las personas. En esa actitud se tiene que ser constante y se tiene que tener paciencia. No hay formula instantánea para la paz. Es necesario buscarlo con tranquilidad.
- La mayoría de nosotros vivimos con tensiones y molestias; si esto te sucede, cierra los ojos y recorre lentamente tu cuerpo sintiendo cada una de sus partes, respira suavemente. Esto te relajará.
- En ocasiones no perseguimos cosas materiales, pero estamos preocupados por nuestra salud. Si vivimos apegados a nuestra salud, también esta puede ser causa de sufrimiento.
- Cada persona enfrenta de manera diferente un problema de salud. Hay quienes se aferran a la vida y sufren; hay quienes ven el proceso de enfermar como una experiencia de aprendizaje y no sufren.
- Cuando alguien no cumple lo que prometió, cuando alguien te rechaza, cuando alguien te abandona, esa persona no te está lastimando, no te estaá hiriendo. Son tus pensamientos los que te lastiman. La única razón de tu sufrimiento son tus ideas acerca de cómo deberían comportarse las personas en relación a ti.
- No sufres por lo que otros hacen, sino por la expectativa de que ellos se comporten según tus deseos, creyendo que tus ideas son las más correctas. Si ellos violan tus expectativas, son tus expectativas las que te hieren.
- Disminuye tus expectativas sobre las personas y tendrás tres resultados:
- Quedarás en paz.
- Las personas seguirán
comportándose como son y esto no te
acarreará el más mínimo sufrimiento. - Tendrás más energía para hacer
lo que quieras pues no estarás
gastando tu tiempo esperando que los otros vivan de acuerdo a los
planes que tú trazaste.
- Solemos reaccionar ante las imágenes que reflejan los otros de nosotros mismos. Vemos en el otro lo que deseamos (lo idealizamos) o ponemos en él nuestro miedo (lo rechazamos) y así nos impedimos conocer al otro en su realidad.
- Las ofensas y los juicios de los demás sobre ti hablan más de la forma de pensar de ellos que de ti. No le des a otra persona el poder de perturbarte, el poder de decidir si vas a estar triste o alegre.
- Para vencer esto, es necesario desintoxicarte: llama a las cosas por su nombre, piensa de quién necesitas aprobación, observa cómo frente a esa persona pierdes la libertad, piensa en quién necesitas para atenuar el dolor de tu soledad, observa cómo frente a ella no puedes decidir, pierdes la libertad. Ahora busca la soledad, mantente lejos de las multitudes; al principio será doloroso, pero después el amor renacerá.
- Tú mantienes muchas cosas para sentirte seguro, buscas prestigio, reconocimiento o aceptación porque te sientes inseguro, pero cuando lo dejas, descansas y paradójicamente entonces sí sientes seguridad.
- El dolor y la felicidad son como la oscuridad y la luz. La oscuridad no existe; es solo un periodo en el que se percibe menos la luz. Libérate de rótulos, deseos, ideas y podrás percibir la felicidad.
- Entiende el origen de tu sufrimiento y tendrás la cura; si no lo entiendes, no dejaras el sufrimiento.
- No sientas vergüenza por nada que hayas hecho en el pasado.
- Piensa en todo esto, piensa en lo que tienes y lo que no tienes; de ahí vendrán las fuerzas para enfrentar los conflictos.
- No es todo lo que tenemos, sino lo que disfrutamos lo que nos hace felices. Solo podemos disfrutar cuando no tenemos miedo a las pérdidas. Y nos volvemos libres cuando tomamos conciencia de todo aquello que no nos puede ser quitado o robado ni por los otros, ni por nosotros mismos.
- Si deseamos ser felices lo podemos lograr ahora, pero si deseamos ser más felices que antes, o que otros, eso no lo podemos lograr porque eso es un apego, porque las felicidades no se pueden comparar.
- El sufrimiento que padeces es el equivalente a tu resistencia a la realidad. El resistirte hace que choques con la realidad; revisa tus planteamientos para que se ajusten a la realidad. Si lo comprendes, crecerás: en caso contrario sufrirás sin remedio.
- No te apegues a la liberación, porque esta no es aprensible. Solo tienes que ver las cosas como son. Las cosas serán cuando deban ser, por mucha prisa que te des. La realidad no es algo que se pueda forzar ni comprar. Se trata de ver la realidad tal como es. Lo cierto es que ya estás en ella, siempre has estado, pera la buscas como el pez que iba como loco buscando el océano.
- La felicidad siempre está ahí pero a veces no somos capaces de observar el tesoro en el que estamos parados.
(Anthony DE
MELLO, El camino hacia la felicidad, Editorial Lumen. Extractos).
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