Una diferencia importante entre oración y contemplación: en la oración hay un esfuerzo personal, un uso de las facultades humanas, una actividad de la mente, una apoyatura en palabras, imaginaciones y conceptos; en la contemplación, sólo queda una «pura mirada de amor» (san Buenaventura de Bagnoreggio), una «atención amorosa a Dios» (san Juan de la Cruz), un «encuentro con el Esposo» (santa Teresa de Jesús). Es un paso superior a la oración, una profundización de ella, en la que se produce la fase «unitiva» de la mística cristiana. «Contemplación» significa observar el cielo. Su origen proviene de la antigüedad, cuando el vaticinador contemplaba un espacio circunscrito del cielo para hacer sus predicciones, espacio que en origen era la parte superior del templo. Por consiguiente, «contemplar» tenía originariamente un significado cósmico: el hombre no es sólo ministro de la divinidad, sino que forma parte integrante del templo (cum-templo), se une al Dios del cual revive el misterio. Sucesivamente, el término asume una connotación cada vez más acentuada de comunión con la divinidad y el universo, y de ahí su utilización por la mística, especialmente la cristiana.
Información sacada de http://www.webislam.com/?idt=17328
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